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Cómo impugnar un testamento

Impugnar un testamento es un proceso legal que necesita de diferentes gestiones de carácter legal que se deben ejecutar. Hay que saber que no es posible efectuar este trámite legal en todas las situaciones, ya que para que pueda darse debe haber determinadas condiciones. Este proceso se refiere a las reclamaciones que se pueden llevar a cabo sobre un testamento en el caso de que no se esté de acuerdo con las cláusulas.

Cómo impugnar un testamento

La impugnación del testamento

Un testamento puede ser impugnado, dependiendo de quién desee hacer la impugnación y otras características en particular que deben darse. Un testamento es un documento jurídico en el cual se establece la repartición de bienes y propiedades de una persona fallecida.

En la gran mayoría de las ocasiones los beneficiados del mismo son familiares, como cónyuge, hijos u otros miembros cercanos al fallecido. Además, hay ocasiones en las que son amigos cercanos los herederos por la relación que tuvieron con esa persona. De igual manera, hay ocasiones en los que el interesado decide añadir a su testamento últimas voluntades que no se refieren a sus bienes; y aunque no hay repartición de bienes, se tienen de todas formas en   cuenta para el documento final.

Cómo impugnar un testamento

La acción de la impugnación del testamento debe iniciarse a través de una demanda presentada ante un juzgado de Primera Instancia que se encuentre ubicado en el lugar donde ha tenido lugar el fallecimiento. Es necesario contar para ello con abogado y procurador.

Aquel que ha hecho el testamento no puede prohibir su impugnación, aunque puede establecer una serie de regulaciones en el momento de su redacción. Entre ellas, puede indicar que aquel que impugne solo reciba una parte en particular de lo que le corresponde del total de la herencia. Además, también es necesario informar al resto de herederos en el caso de que haya conflictos con sus partes. En el caso de que la impugnación se salde de forma beneficiosa para el demandante, los bienes de la herencia pueden llegar a ser comprometidos en una repartición distinta a la inicial.

Precio

No obstante, a pesar de que es posible llevar a cabo la impugnación del testamento, el coste del mismo puede llegar a ser muy elevado. La razón es que se requieren de muchos procedimientos legales de gran importancia para poder llegar a interferir en ellas. Asimismo, hay que tener en cuenta los honorarios de abogado y procurador, así como otros costos derivados de otras tareas a realizar.

De hecho, en este sentido, en lo que respecta a honorarios, lo habitual es que el letrado cobre un porcentaje de la herencia o de la parte del heredero que se busca impugnar. El precio puede llegar a ser muy elevado, sumando todos los costes. Por este motivo, se aconseja hacer una evaluación de costos para comprobar si resulta rentable llevar a cabo la impugnación o no.

Plazo para impugnar un testamento

El tiempo máximo que puede pasar hasta realizar la impugnación de un testamento es de 15 años a contar desde el momento en el que se informa del testamento a los herederos del mismo. Esta información se realiza a todos aquellos herederos que formen parte del testamento, sin que haya distinciones o excepciones.

El proceso es habitual que se realice de una forma rápida. En el caso de que un heredero se encuentre muy lejos para poder encontrarse presente en el momento de la lectura del testamento, se le será enviada una copia. Una vez recibida la misma, el plazo es el mismo, de 15 años, para poder llevar a cabo la correspondiente impugnación en el caso de que lo considere oportuno.

Esto quiere decir que se trata de un procedimiento que tiene un amplio margen temporal para poder ejecutarlo. Sin embargo, teniendo en cuenta el elevado coste que tiene el proceso, como hemos mencionado, deberá evaluarse si realmente merece la pena o no afrontar este tipo de proceso.

Cuando se puede impugnar un testamento

Existen diferentes razones que pueden llevar a la impugnación de un testamento. Por un lado se encuentra la preterición, que tiene lugar cuando aquella persona encargada de hacer el testamento omite a un heredero legítimo, ya sea de manera accidental o intencional, siendo en cualquiera de los casos impugnable.

En lo que respecta a la herencia legítima en la que se apartan bienes exclusivos, se puede llegar a proceder una impugnación por no pagar las respectivas cuotas. También puede llegar a darse el caso de que el testador no se encuentre en plena capacidad para haber realizado el testamento, por que sea menor de edad, esté incapacitado….

De igual forma, hay que tener presente que hay algunos testadores que han podido verse obligados a la hora de realizar el mismo por actos de fraude, coacción o violencia. En estos casos el testamento pierde toda su validez.

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