Son muchas las personas que tienen dudas a la hora de hablar de una herencia abandonada, que es aquella en la que no hay testamento ni herederos conocidos, lo que provoca que los bienes de la persona fallecida no sean reclamadas. Esto se da de forma habitual en aquellas ocasiones en las que la persona que fallece no tiene descendencia conocida.
Al respecto de una herencia abandonada, cuando esta existe es la Administración Pública la que pasa a a ser heredera legítima de estos bienes. Esta se encuentra debidamente representada por el propio Estado o por el Gobierno autonómico, siendo la Dirección General de Patrimonio del Estado la encargada de su gestión.
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Localización de los herederos de una herencia abandonada
La situación más habitual que nos encontramos al hablar de una herencia abandonada es que las viviendas en las que los fallecidos residían queden sin propietario, y esto es lo que ocasiona una mayor cantidad de dudas y problemas en las comunidades de vecinos.
Para poder enfrentarse a este tipo de situaciones existen algunas empresas que se dedican a tratar de localizar a aquellas personas que desconocen que tienen herencias por recibir por parte de personas que han fallecido.
En este caso estamos ante profesionales especializados en derecho sucesorio, quienes se dedican a la investigación y búsqueda de familiares de fallecidos propietarios de una herencia. La finalidad es conseguir que la herencia no quede abandonada y pueda ser recibida por la persona a la que le corresponda de acuerdo a lo indicado por la ley.
Más allá del proceso de búsqueda llevado a cabo por las empresas especializadas, nos encontramos con que las entidades gubernamentales, con el objetivo de localizar a los herederos, publican avisos en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En ellos se colocan las viviendas que no tienen testamento, pero en ocasiones no se obtiene ningún resultado. De hecho, esto ocurre en la gran mayoría de las ocasiones.
El heredero de una herencia sin testamento
El heredero cuando hay una herencia sin testamento en el que no hay parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, es el Estado. La herencia, en este sentido, se reparte de acuerdo a lo indicado en el artículo 95 del Código Civil, donde se establece lo siguiente:
- Una tercera parte de la herencia se destina a instituciones que estén en el municipio de residencia de la persona fallecida, las cuáles se dedicaran a actividades beneficencia, sociales, etcétera.
- Otra tercera parte se destina a instituciones del mismo tipo a las anteriores, pero en este caso a nivel provincial.
- La tercera y última tercera parte de la herencia se destina a la amortización de la deuda del Estado, a excepción que, por la propia naturaleza del bien, se considere que se le puede dar un mejor uso. Para efectuarse este reparto se necesita una declaración judicial creando la figura del heredero.
El procedimiento se lleva a cabo en la delegación de Hacienda en la que la persona que ha fallecido ha tenido su último domicilio. Se puede llevar a cabo por propia iniciativa de Hacienda o por la denuncia de particulares.
Cómo informar sobre una herencia abandonada
Cuando se tiene conocimiento del fallecimiento de una persona que tiene patrimonio y no herederos debe ser efectuada la notificación. Esta notificación debe realizarse por escrito a la Delegación de Hacienda en la provincia en la cual la persona fallecida era residente.
El contenido de la misma debe ser una explicación acerca de la persona que ha perdido la vida, su domicilio y siempre que sea posible una relación de su patrimonio. En la relación deberá figurar la situación y los datos de estos bienes.
Aunque es un procedimiento por muchas personas desconocidas, hay que tener en cuenta que en los últimos años ha habido cada vez más personas que lo han llevado a cabo. La razón es que existe una compensación económica para aquella persona que informa de ello.
Una vez que Hacienda reciba la notificación de que una persona ha fallecido sin tener herederos, da comienzo a un procedimiento cuyo objetivo es el de hallar pruebas de los derechos a la sucesión que pueda tener el Estado.
Hacienda cuenta con la obligación de, durante todo este tiempo, conservar los bienes en buenas condiciones, además de tener que hacer una inscripción de los inmuebles en el Registro de la Propiedad, así como el dinero, las acciones y los títulos depositarlos en la Caja General de Depósitos.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que aquellos bienes que son propiedad de ciudadanos españoles que tienen su domicilio en España pero que mueren fuera del país, también le corresponden al Estado. En cualquier caso, las entidades bancarias no tienen ninguna obligación de proceder a buscar a los herederos de cuentas abandonadas.
Sin embargo, en el caso de las acciones, los depósitos y el dinero, si no es reclamado diez años después, debe realizarse su entrega al Estado.
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