El hecho de salir de la vivienda puede llegar a ocasionar que se produzca un delito de abandono de familia, un tema que habitualmente genera bastante confusión y que puede llevar a muchas personas a buscar en qué consiste y conocer si su caso en particular es susceptible de iniciar un procedimiento legal por ello.
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El delito de abandono de familia
Es habitual que, en aquellos momentos en los que existe una crisis en la pareja, uno de los integrantes de la misma decida abandonar la vivienda. Esto suscita muchas dudas con respecto a si en realidad se trata o no de un delito.
En este sentido hay que tener en cuenta que, en este tipo de situación no se considera un delito. Es decir, el hecho de salir del domicilio familiar en una situación de tensión en la relación no es delito, a pesar de que uno de los dos cónyuges optes por abandonar la vivienda; y por lo tanto no tiene consecuencias penales.
De hecho, en muchas ocasiones es incluso aconsejable el hecho de decidir abandonar el hogar para evitar que puedan llegar a darse algunas discusiones que sean innecesarias realmente y que no puedan llevar a ningún lado, pudiendo en algunas ocasiones perjudicar a los hijos que la pareja pueda tener en común.
De esta manera, se puede confirmar que el hecho de salir por la puerta del hogar con la intención firme de irse no se considera un delito de abandono de familia.
Sin embargo, sí que existe abandono de familia cuando se incumplen los deberes de asistencia que tengan que ver con la patria potestad, guarda, tutela o acogimiento.
De esta manera, el abandono de familia se considera que ocurre cuando alguno de los dos cónyuges no cumple con las obligaciones de mantenimiento y de bienestar del otro cónyuge o de los menores.
La conducta que se sanciona habitualmente tiene que ver con el impago de pensiones de alimentos durante dos meses de forma consecutiva o durante 4 meses no consecutivos que se encuentren establecidos por parte de una resolución judicial.
Casos en los que se produce un delito de abandono de familia
El delito de abandono de familia se da cuando no se cumplen con determinados deberes de asistencia y sustento hacia los hijos por parte de sus progenitores. De esta manera, nos podemos encontrar con los siguientes casos en los que se produce este delito.
No se realiza el pago de pensiones
Cuando no se lleva a cabo el pago de pensiones, ya sean compensatorias o alimenticias, que estén constituidas a favor del cónyuge o los hijos, y que están debidamente establecidos a través de un convenio o una resolución judicial.
De esta manera, se considera que existe delito de abandono de familia cuando se deje en situación de desamparo a hijos, padres o cónyuge, incumpliendo de esta manera los deberes a nivel legal. De igual forma, también ocurre cuando se deja de pagar una prestación económica que va en favor del cónyuge o los hijos.
Aquel miembro de la familia que se haya desatendido sus obligaciones tendrá que llevar a cabo el pago de sus deudas así como de los intereses correspondientes.
Se abandonan a menores o personas con necesidades especiales de protección
Cuando se lleva a cabo el abandono de personas que necesitan de una protección especial o son menores. En este caso, se produce delito cuando los padres encargados de la guarda de un menor o discapacitado deciden desatenderlo de sus cuidados.
La situación reviste aún mayor gravedad si la falta de atención supone que se ponga en peligro la vida, integridad física o salud del menor de edad. También es considerado delito el abandono temporal de un menor o persona con discapacidad.
En ambas situaciones puede llegar a establecerse una sanción de pena de prisión, teniendo para ello que valorar cada caso de forma individual.
Por otro lado, si el progenitor a cargo del cuidado de un menor de edad o discapacitado lo entrega a un tercero o a un establecimiento público sin el consentimiento del otro progenitor o autoridad, puede ser castigado con una pena de multa.
Cómo proceder ante un delito de abandono de familia
Cualquiera de los dos progenitores puede abandonar el domicilio familiar sin incurrir en un delito de abandono de familia, siempre y cuando se encargue de atender todas y cada una de las necesidades económicas y cuidados que puedan necesitar sus cónyuges, hijos o las personas que tenga a su cargo.
No obstante, se debe conocer que aunque no se llegue a incurrir en un delito penal, el propio hecho de que se abandone un domicilio familiar puede hacer que se pierda la posibilidad de disfrutar tanto del uso como del disfrute del mismo. Por este motivo, en este tipo de casos se recomienda buscar el asesoramiento profesional.
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