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Los delitos contra la libertad

En muchas ocasiones hay dudas con respecto a los delitos contra la libertad. Para empezar hay que tener en cuenta que se trata de aquellos que atentan contra uno de los derechos fundamentales, que tienen una gran importancia en nuestro ordenamiento jurídico; y que son todos aquellos que se atribuyen a cualquier persona por el simple hecho de serlo. Los derechos fundamentales son inalienables, adquiriéndose desde el momento del nacimiento.

La libertad es un derecho fundamental y es de los delitos más comunes que atentan contra la libertad de los seres humanos y de la pena que suponen cada uno de ellos. Dicho esto, es el momento de conocer cuáles son esos delitos contra la libertad.

Delitos contra la libertad

Existen diferentes delitos contra la libertad que se deben conocer y que son los siguientes:

Detención ilegal

El hecho de retener a una persona contra su voluntad es un delito, siempre que no se hayan encontrado pruebas contundentes para proceder con una detención o no ha sido indicado por un juez. En este caso no debe haber violencia para que sea considerado delito, ya que el simple hecho de retenerlo ya se considera una vulneración de su derecho a la libertad.

Esto implica que el autor del mismo sea castigado a pena de prisión de 4 a 5 años. Suele llevarse a cabo por cargos superiores que actúan sin ley saltándose el poder judicial. En determinados casos especiales,  como si la víctima es menor o persona con discapacidad; si se atenta contra la intimidad sexual de la víctima; si la detención la realiza un particular para presentarlo ante las autoridades o si la realiza un funcionario público, la pena de prisión puede ser de 15 a 20 años.

Secuestro

El secuestro es otro tipo de delito en el que se atenta contra la libertad de una persona. A diferencia delo que sucede en el caso de la detención ilegal, en este caso es habitual que se realice con la intención de obtener una recompensa económica, pudiendo a amigos o familiares que lleven a cabo un rescate de la víctima.

Esto está regulado en el Código Penal, concretamente en su artículo 164, en el que se establece que el secuestro de una persona exigiendo alguna condición para ponerla en libertad, conlleva una pena de prisión de 6 a 10 años.

Coacción

A diferencia de los dos mencionados, en este caso no consiste en detener o secuestras a una persona, por lo que no se trata de un encierro en sí mismo, sino que se trata de una acción que tiene lugar por medio de la violencia y que supone para la víctima la pérdida de ciertas libertades.

La coacción tiene lugar cuando se impide a otra persona a través de violencia psicológica o física el realizar acciones concretas o llevar a cabo una acción en contra total de su voluntad.

En el artículo 172 del Código Penal aparece reflejado este delito, que se castiga con una pena de cárcel de 6 meses a 3 años o con una multa de 12 a 24 meses, dependiendo ella de la gravedad de la coacción y de los medios que se hayan utilizado para ello.

Amenazas

Las amenazas guardan similitudes con la coacción, ya que en este caso se recurre a la violencia psicológica contra la víctima para ejercer una violación de la libertad.  En función del tipo de amenaza y de la gravedad de las mismas la pena será mayor o menor, estipulándose de acuerdo a la ley una pena de prisión de 2 meses a 6 años.

Otros delitos contra la libertad

Además de los mencionados, existen otro tipo de delitos contra la libertad que aparecen reflejados en la ley actual, donde se contemplan otros delitos como puede ser el delito de lesiones o el delito de torturas, pudiendo estos considerarse graves, leves…

En este tipo de casos hay que tener en cuenta que la pena dependerá del nivel de gravedad, así como de las consecuencias que pueda tener para la víctima el delito que se se ha llevado a cabo.

De esta manera, ya conoces cuáles son los principales delitos contra la libertad, los cuáles están perseguidos por la ley al tratarse de un atentado contra los derechos fundamentales que tiene toda persona desde su nacimiento, y los cuáles no se pueden transferir o intercambiar.

Este es solo uno de los diferentes derechos fundamentales, donde cabe destacar también el derecho a la integridad física y moral, el derecho a la vida, el derecho a la intimidad personal y familiar, el derecho al horno, el derecho a la libertad de expresión, el derecho a la libertad religiosa e ideológica, el derecho a la seguridad, el derecho a la libertad y el propio derecho a la libertad, entre otros. Todos ellos deben, por ley, ser respetados y defendidos por parte de las correspondientes  instituciones y órganos de justicia.

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