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Qué es el secreto industrial

El diseño industrial, el modelo de utilidad y la patente son tres tipos de invenciones que son protegidos por la propiedad industrial, si bien también hay que destacar la existencia de un concepto que se encarga de ofrecer cierta protección sobre los servicios, productos o procedimientos de una manera diferente. Estamos hablando del secreto industrial, del cuál te vamos a hablar más en profundidad a lo largo de las próximas líneas.

¿Qué es el secreto industrial?

Un secreto industrial es toda aquella información que se refiere a un producto, servicio, estrategia o procedimiento cuya confidencialidad es necesaria puesto que supone una ventaja competitiva o un valor añadido para una empresa.

Este concepto se encuentra estrechamente ligado a la confidencialidad de la información. Es decir, consiste en una información confidencial que no se desea que sea conocida por los competidores, ya que es una ventaja para quién es titular de la misma.

Toda empresa tiene el derecho a la protección de sus secretos industriales, garantizando la protección legítima de todos los productos, servicios, procedimientos o estrategias que no se desea que sean conocidas por terceros.

¿Qué son secretos industriales?

Un secreto industrial puede estar enfocado a la protección de la información acerca de una amplia cantidad de servicios, procesos, productos, estrategias, entre los cuáles se pueden encontrar:

  • Bases de datos
  • Técnicas o conocimientos relacionadas con la fabricación de productos
  • Mapas, modelos, dibujos, gráficos, bocetos…
  • Códigos fuente, programas informáticos, algoritmos…
  • Información de carácter financiero
  • Manuales técnicos
  • Estrategias de marketing o comerciales, I+D, planes de acción…
  • Fórmulas y recetas

De manera general, es habitual que un secreto comercial se centre principalmente en procedimientos y técnicas y no tanto en los propios productos en sí mismos. Esto es así porque la competencia podría averiguar cómo llevar a cabo la fabricación del mismo producto a través de la ingeniería inversa, si bien es más complicado copiar el procedimiento exacta mediante el cual ese producto se fabrica.

Para que algo se pueda considerar secreto industrial hay una serie de requisitos con los cuáles se debe cumplir, y que son los siguientes:

  • Debe tratarse de una información valiosa desde el punto de vista comercial y que además sea secreta.
  • Esa información debe ser solo conocido por unas pocas personas.
  • Es susceptible de ser objeto de medidas de protección, como puede ser la firma de un acuerdo de confidencialidad.

¿Cuá es la diferencia entre una patente y un secreto industrial?

Es habitual que se confunda la patente con el secreto industrial, si bien hay que ser conscientes de que no son lo mismo. Para empezar, una de las diferencias que existen entre ambos es que los secretos comerciales no necesitan ser registrados en el registro de la propiedad intelectual para que haya una protección sobre los mismos. De hecho, es suficiente con llegar a un acuerdo o contrato privado de confidencialidad sobre la información que se desea proteger.

Es habitual que los secretos industriales cuenten con una información valiosa, pero que aún así no tenga los requisitos que se necesitan para poder ser patentados por la OPEM, sobre todo con la actividad inventiva. Por este motivo, es frecuente que se proteja como secreto industrial aquella información estratégica o comercial, o los procedimientos que no pueden cumplir con los criterios para ser patentados.

Asimismo, hay que ser conscientes de que se puede llegar a dar la situación de que el secreto comercial sí cuente con los requisitos necesarios para ser patentable. En este tipo de situaciones, será la propia empresa la que decida el tipo de protección que desea para su caso en particular.

En esta segunda situación, una patente se encargará de evitar que terceros puedan llegar a comercializar el producto patentado sin el permiso de su titular. En el caso del secreto industrial, tan solo se ofrece protección sobre la divulgación de la información, sin que ello impida que terceros puedan llevar a cabo el desarrollo de manera independiente de un producto similar o haciendo uso de un mismo procedimiento.

El secreto industrial en España

El secreto industrial en España se protege a través de la firma de cláusulas contractuales. De esta manera, se firma un contrato privado entre las partes y son los propios interesados los que deben establecer las obligaciones pertinentes para la protección de la información.

De igual manera, en el contrato debe figurar la clara constancia del secreto de la información, así como de las políticas de confidencialidad existentes tanto a nivel interno como externo.

Al tratarse de un acuerdo privado de confidencialidad,  los secretos industriales no están sometidos a la vigencia de marcas o patentes. Dicho de otra manera, la vigencia de un secreto industrial será la indicada por las partes firmantes en el contrato, o bien a lo largo de todo el tiempo, en su defecto, que dure el secretismo con respecto a esa información.

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