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¿Qué es un testamento ológrafo?

Una de las consecuencias que ha provocado la pandemia sanitaria del coronavirus a nivel jurídico, principalmente durante el confinamiento, ha sido la recuperación de dos figuras testamentarias que hasta hace poco estaban en mayor desuso. Este es el caso del testamento otorgado en caso de epidemia, y del testamento ológrafo. Si te interesa saber más acerca de este segundo, continúa leyendo y te explicaremos todo lo que debes saber al respecto.

¿Qué es un testamento ológrafo?

Qué es un testamento ológrafo

Antes de empezar a hablar profundamente de un testamento ológrafo, es importante saber qué es realmente esta figura jurídica. Este tipo de testamento es uno de los que se denominan testamentos comunes, junto al testamento abierto y el cerrado, ambos notariales. Por lo tanto, se encuentran fuera de los especiales como el marítimo, el militar o el que se realiza en un país extranjero.

Se encuentra regulado por los artículos 688 y siguientes del Código Penal. Como ológrafo se define al acto de última voluntad del testador que realiza él mismo, de su puño y letra. Por lo tanto, un testamento ológrafo es aquel que se realiza de esta manera.

Requisitos del testamento ológrafo

El testamento ológrafo tiene una serie de características que se deben cumplir para que pueda ser considerado válido. Para empezar, deben ser personas mayores de edad, estando estas con plena capacidad jurídica y para obrar. Esto es muy importante para que se pueda llegar a dar este tipo de testamento.

Asimismo, será el propio testador el que lo redacte, además de estampar su firma junto a la fecha exacta del día de su otorgamiento, debiendo aparecer el día, mes y año. Así lo refleja el artículo 688 del Código Civil. De esta forma se determina esa capacidad y hacen que el escrito pueda ser elevado a una categoría de plena declaración de voluntad.

Un punto a tener en cuenta, sobre todo si se le compara con otros tipos de estamento, en este caso no es imprescindible indicar el lugar de otorgamiento del mismo ni el concurso de testigos. Sin embargo, si existen algunas palabras que han sido tratadas de enmendar con tachones o palabras entre reglones, estas deberían estar salvadas por el propio testado, pudiendo estas llegar a provocar que el documento pueda ser declarado nulo.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que en algunas Comunidades Autónomas de España, el testamento mancomunado también puede ser ológrafo. En este caso deberá haber sido redactado por parte de uno de los testadores y firmado por otro en todas las hojas; y deberá constar en el propio documento que ese testamento también sirve como su acto de última voluntad. De manera general, el testamento ológrafo se considera revocado si aparece dañado, ya sea rasgado, con raspas, borrado de firmas, etcétera.

Trámites del testamento ológrafo tras su otorgamiento

Este tipo de testamento no se encuentra supeditado a ningún periodo de caducidad. No obstante, hay que tener en cuenta que, con posterioridad a la apertura del periodo de sucesión, en un plazo máximo de 5 años, el mismo tendrá que ser presentado ante el Juez de Primera Instancia del lugar en el que el testador hubiese tenido su último domicilio; o en su defecto del lugar en el que finalmente falleció.

Esto hace que el proceso suponga un importante gasto económico y de tiempo, algo que aún afecta más en unos momentos tan sensibles como puede ser la muerte de un ser querido.

Inconvenientes del testamento ológrafo

Son muchas las personas que dudan entre uno y otro y cual puede ser preferible otorgar. Aunque el testamento ológrafo ofrece algunas ventajas de poder ser secreto, de que tenga la posibilidad de otorgarse sin ayuda o profesionales y no tiene gasto, tiene algunos inconvenientes. Entre ellos debemos destacar los siguientes:

  • No cuenta con las mismas garantías que se pueden obtener gracias a aquellos documentos realizados ante notario.
  • Se puede llegar a ocultar, destruir o incluso que sea extraviado sin que nadie sepa de su existencia, ya que no se encuentra integrado en ningún tipo de protocolo o archivo.
  • Puede haber un mayor riesgo de que se produzcan presiones contra la voluntad del testador, mucho más que en el caso de un testamento abierto.
  • La persona que otorga el testamento puede no tener conocimiento de las reglas que marcan el funcionamiento del testamento ológrafo; y esto puede llevarle a no expresar de la manera apropiada su última voluntad. De hecho, hace que sea más probable que se necesite una interpretación judicial posterior.

Por todo ello, siempre será mucho más aconsejable optar por otorgar un testamento abierto a presencia notarial. De esta forma es este profesional el que traduce la última voluntad del testador. De esta forma este documento público queda protocolizado al mismo tiempo que custodiado, haciendo que no haya riesgo de extravío, ocultamiento o cualquier otro tipo de desaparición.

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