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Cómo recuperar los intereses pagados con la tarjeta de crédito

Las tarjetas de crédito son un gran instrumento para poder hacer frente en diferentes ocasiones a algunos gastos familiares o laborales. Son muy atractivas ya que ofrecen algunas ventajas, pero muchas personas no se paran a pensar en sus inconvenientes. En este sentido, te vamos a explicar cómo recuperar los intereses pagados por tu tarjeta de crédito.

Cómo recuperar los intereses pagados con la tarjeta de crédito

Aunque las tarjetas de crédito pueden solucionar problemas de liquidez a corto plazo, pero pueden llegar a suponer un problema financiero, sobre todo si no se es consciente de sus riesgos. Por suerte para los consumidores, el derecho bancario puede ser el gran aliado para poder solucionar un problema en el caso de que se encuentre en el caso de los llamados créditos revolving.

El problema de los créditos revolving

Desde hace años atrás,  el uso de las tarjetas de crédito para la compra de bienes y servicios está muy extendido en la sociedad a nivel mundial. Las entidades bancarias, al abrir una nueva cuenta acostumbran a ofrecer o contratar una tarjeta de crédito. Esta permite devolver a plazos el dinero que se haya obtenido a través del cajero o bien que se haya gastado.

Esto es lo que se denominan tarjetas revolving, en los que el usuario piensa que podrá conseguir el dinero de una manera fácil y rápida y sin tener que recurrir a formalizar un préstamo, siempre y cuando tenga capital disponible.

Sin embargo, en ocasiones no es oro todo lo que reluce; y las personas que no tienen conocimientos financieros se olvidan de que el banco busca su rentabilidad, y que por lo tanto no están buscando actuar como asesores personales, sino en el propio beneficio de la entidad.

El problema con respecto a las tarjetas o créditos revolving viene dada por la letra pequeña que se acostumbra a suscribir al firmar el contrato; ese texto al que no se acostumbra a prestar mucha atención. Esto supone que, en muchas ocasiones, el interés contratado es muy alto, pudiendo llegar en algunos casos a un 30% T.A.E.

Muchos clientes tan solo conocen la necesidad de liquidez que tienen y desconocen la diferencia que existe entre el interés y la amortización del crédito. De hecho, el consumidor medio, cuando ha dispuesto del total del capital máximo de su tarjeta acostumbra a pagar una cuota fija mensual que, en muchas ocasiones, ni si quiera cubre los intereses devengados. Es decir, no reduce el capital y la deuda continúa creciendo.

Se trata de intereses abusivos que la gran mayoría de las personas desconoce en el momento de contratar este tipo de servicios bancarios. Por este motivo son cada vez más los despachos de abogados que reclaman a las entidades financieras por este motivo; y hay una amplia jurisprudencia que va a favor de los demandantes.

Recuperar los intereses de la tarjeta de crédito

En el caso de que te hayas encontrado en una situación similar a la mencionada, debes saber que hay muchas personas que también lo han sufrido. Muchos han logrado recuperar los intereses de su tarjeta de crédito recurriendo a la nulidad de contratos de prestamos usurarios, gracias a la «Ley de Usura».

Desde el año 2015 esto supuso una gran revolución, ya que una Sentencia del Tribunal Supremo emitió una sentencia a favor de un cliente bancario. Concretamente fue con la  Sentencia 628/2015 de 25 de noviembre. En esta se declaró que había un carácter usurario de las tarjetas de crédito.

Esto supuso la nulidad del contrato del crédito revolving; y así supuso un gran antecedentes a favor de los usuarios de las tarjetas, que de esta manera pudieron recuperar los intereses pagados.

Las características de las tarjetas revolving

En las tarjetas Revolving el titular puede llegar a gastar con independencia del dinero que tenga en cuenta; y luego elegir la cuta que desea devolver cada mes por el préstamo obtenido. De esta forma el titular puede decidir qué importe desea abonar, con la posibilidad de elegir entre hacer un pago total o un pago aplazado.

Se trata de tarjetas que ofrecen un límite de crédito del que puedes disponer en el momento que lo desees y que irá disminuyendo a medida que se van realizando los cargos. Esto se irá reponiendo a medida que se van abonando los recibos de manera periódica.

Este tipo de tarjetas de crédito permiten pagar a plazos y beneficiarnos de crédito, el cual estará disponible siempre que se vaya saldando la deuda contraída. De esta forma, mientras sigas pagando podrás seguir manteniendo la línea de crédito sin problemas.

A la hora de usar este tipo de tarjetas es aconsejable que se sepa cómo se va a amortizar la deuda, comenzando por elegir en qué plazo. Si se decanta por un plazo total, independientemente de la fecha, no se cobrarán intereses. En cambio, si se opta por un pago a plazos se generarán intereses; y estos suelen ser bastante elevados.

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