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En qué consiste un juicio rápido

A la hora de hablar de un juicio rápido nos encontramos con un proceso penal especial que puede despertar diferentes dudas e inquietudes. Por este motivo, es importante conocer en qué consiste y los casos en los que procede. Para empezar, cabe tener en cuenta que este permite que determinados delitos se puedan enjuiciar de forma más ágil y sencilla. Se encuentra regulado por el artículo 795 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim)

En qué consiste un juicio rápido

¿Cuándo procede el juicio rápido?

El juicio rápido busca, como ya hemos mencionado, tratar de lograr que se agilice tanto la instrucción como el enjuiciamiento de algunos delitos, para lo cual es necesario que se den una serie de circunstancias, siendo estas las siguientes:

  • Se debe iniciar mediante un atestado policial. De esta forma, las autoridades policiales deben sorprender al presunto autor del delito para luego ponerlo a disposición judicial o que sea citado para que comparezca como denunciado.
  • La pena no debe exceder los 5 o 10 años.
  • El juicio rápido no se aplica en todos los delitos.

Asimismo, hay que tener en cuenta que la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) excluye algunos delitos de la posibilidad de que sean llevados a cabo mediante un juicio rápido.

Iniciación del juicio por atestado policial

Para que pueda haber un juicio rápido este debe ser iniciado a través de un atestado policial, por lo que para ello se requiere que el presunto autor del delito haya sido detenido por la policía y que este haya sido puesto a disposición judicial.

De igual forma, también es procedente el juicio rápido en aquellas ocasiones en las que esa persona no ha sido detenida pero sí ha sido citado para comparecer ante el Juzgado de Guardia tras ser denunciada en un atestado.

De esta manera, el juicio rápido tiene por finalidad el tratar de agilizar los trámites cuando la policía es quién descubre la comisión de un presunto delito. Por esta razón, debe tratarse de un delito flagrante. Así pues se podrá recurrir a él cuando el delincuente ha sido sorprendido o perseguido tras el descubrimiento; y también en aquellos casos en los que tras haberse cometido el mismo, se descubriera al delincuente con instrumentos o efectos que puedan presuponer que ha sido partícipe del mismo.

Penas máximas para que se pueda proceder al juicio rápido

Por otro lado, hay que tener en cuenta que no se pueden someter a un juicio rápido aquellos delitos que tengan penas que excedan unos umbrales. De esta manera, tan solo podrán ser investigados y enjuiciados mediante juicio rápido aquellos delitos que se encuentren castigados con pena de prisión inferior a los 5 años o que tengan otras penas previstas cuya duración sea inferior a los 10 años.

Delitos enjuiciables mediante un juicio rápido

A todo lo anterior hay que sumar que no todos los delitos se pueden enjuiciar mediante un juicio rápido. De esta manera, hay que destacar aquellos que figuran en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim), donde se enumera una lista de delitos que sí pueden ser sometidos a un juicio rápido, y que son los siguientes:

  • Lesiones, coacciones, amenazas o violencia tanto físico como psíquica contra personas cercanas. Entre ellas se incluyen cónyuges o personas con una relación de afectividad análoga o incluso tras llegar a romperse el vínculo, como en la violencia de género; descendientes, ascendientes o hermanos del cónyuge o conviviente; o menores y personas con discapacidad convivientes.
  • Delitos contra la seguridad del tráfico, como conducción temeraria, delito de alcoholemia, conducir sin carnet o sin puntos, negativa a realizar prueba de alcoholemia y drogas.
  • Delitos contra la salud pública
  • Daños
  • Hurtos, robos y delitos de hurto y robo de uso de vehículos
  • Otros delitos contra la propiedad industrial e intelectual.

Funcionamiento del juicio rápido

Para entender mejor en qué consiste un juicio rápido se debe saber que, una vez que el delito cumple con las características señaladas, es fácil enjuiciarlo, ya que se busca acortar plazos y reducir trámites en el proceso penal.

Como sucede en otros procesos legales, el juicio rápido cuenta con una fase de instrucción y una fase de enjuiciamiento. No obstante, como peculiaridad este proceso cuenta con la posibilidad de determinar la misma instrucción, en el caso de que haya acuerdo, a través de una sentencia de conformidad.

Las fases del juicio rápido son las siguientes:

Apertura de diligencias

Antes de que comience el juicio la policía debe realizar las diligencias que tienen un plazo máximo de 72 horas, antes de poner al detenido a disposición de la autoridad judicial.

Fase de instrucción

Su finalidad es la de fijar el relato de los hechos que serán enjuiciados. En esta fase se pueden solicitar medidas cautelares o conseguir el sobreseimiento. Además, el acusado puede negociar con el fiscal para llegar a un acuerdo mediante la sentencia de conformidad. En este caso, la pena propuesta por el fiscal se reduce en un tercio.

Juicio Oral

Si el acusado no llega a un acuerdo con el Fiscal deberá presentar escrito de defensa; y en los 15 días siguientes será citado para un juicio oral en el Juzgado de lo Penal. En el plazo de tres días tras la vista se dictará sentencia.

Sentencia

La sentencia se puede recurrir a través de un escrito de apelación en un plazo de cinco días.

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